Sunday, September 2, 2018

Carta al poeta Breyten Breytenbach, autor de "Carta a un carnicero desde el extranjero"



dime ahora, carnicero
antes de que esto se convierta en una maldición
antes de que solo puedas suplicar por boca
de tumbas
ante los prisioneros renacidos de Africa...

Tambièn se te atraganta el corazón
cuando agarras los miembros exánimes
con las mismas manos que acariciarán los secretos
de tu mujer?..

(Carta a un carnicero desde el extranjero   - Breyten  Breytenbach)
     
  Estimado poeta Breyten:


  Abusando de la confianza le escribo despuès de leer su poema titulado "Carta a un carnicero desde el extranjero", dedicado al primer ministro de ese entonces en Sudáfrica. Al leer su poema de inmediato pensè que esa misma carta-poema, bien podría estar dirigida a otro carnicero, al Carnicero del Carmen en Nicaragua. Siendo usted además de poeta y pintor, un activista por los derechos humanos que sufrió siete años de cárcel por ello, me imagino que estará al corriente de la terrible situación de represión del règimen de Daniel Ortega en Nicaragua, presidente al cual llaman El carnicero de El Carmen. La represión al pueblo ha dejado desde hace cuatro meses de protestas cívicas, más de 450 personas asesinadas, miles de heridos, miles de exiliados, centenares de desaparecidos y centenares de presos que están siendo torturados.
En sus memorias cuenta que cada mañana estando en la cárcel, usted escuchaba cantar a los prisioneros que iban a ser ejecutados, dice que aún escucha esas canciones. Usted fue acusado de terrorista, cargo que los dèspotas usan para silenciar y hacer desaparecer a sus críticos y oponentes. Esa es la misma acusación bajo la cual se ha encarcelado, torturado y condenado a centenares de jóvenes universitarios que elevaraon sus voces contra la dictadura de Daniel Ortega y su mujer Rosario Murillo en Nicaragua.

  El règimen de Sudáfrica le censuró al escribir el poema al carnicero primer ministro Balthazar, y se le impuso a usted escribir una disculpa, lo cual tambièn ha sido táctica de los regimenes dictatoriales para humillar y doblegar a sus adversarios. Esa vez usted escribió obligado: “Quería pedir específicamente disculpas al primer ministro por un poema grosero e insultante dirigido a èl. No tenía justificación. Lo siento.” Aún así este poema no le libró de siete años de cárcel, condenado como terrorista. Esta misma táctica es la que han estado aplicando a reos políticos con esa acusación, bajo la dictadura orteguista en Nicaragua. Tambièn a los jóvenes asesinados en las protestas, se les ha tildado de terroristas o simples delincuentes. Muchos de ellos murieron porque se les negó atención mèdica en los hospitales, bajo órdenes del règimen.

  Quizás tambièn usted sabe de que el actual dictador Daniel Ortega fue un luchador en su juventud contra la pasada dictadura de Somoza?, por lo cual estuvo en la cárcel siete años igual que usted. Hoy ese ex-revolucionario es el Carnicero de El Carmen, igual que el carnicero de su poema al carnicero de Sudáfrica.

 Como podrá ver su historia de la Carta al carnicero de Sudáfrica, tiene muchas semejanzas con la historia del Carnicero de El Carmen de Nicaragua; algo que quizá no debería sorprender, ya que todos los dictaduras padecen de las mismas paranoias y aplican las mismas tácticas contra sus críticos.
Algo se me olvidaba! Cuando usted menciona en su poema al carnicero de Sudáfrica. Le dice:

“Tambièn se te atraganta el corazón
cuando agarras los miembros exánimes
con las mismas manos que acariciarán los secretos
de tu mujer?


   Debo decirle de que el Carnicero del Carmen de Nicaragua, con sus manos ensangrentadas no sólo ha acariciado “los secretos de su mujer” (la cual el nombró vice presidenta), sino que ha acariciado siendo líder revolucionario en los años 80's, “secretos púberes”. Uno de esos primeros secretos manoseados fue el de su hijastra cuando ella tenía 11 años, la hija de la actual vice presidenta, la mujer del dictador. Esa niña abusada ahora es una mujer en el exilio, abandonada cuando hizo la denuncia no sólo del apoyo de su propia madre, sino de muchos de los del partido Sandinista.

  Quizás esta carta no llegue a sus manos, por eso la he tirado como un mensaje en una botella al ocèano, quizá alguien la pesque en la “net” y se la lleve.
Con admiración a su arte, escritura y a su labor de denuncia ante la injusticia, me despido.

Otto Aguilar
P.D. : Quizá reciba esta carta algunos meses despuès de ya desaparecida la dictadura en Nicaragua, pero su carta poema siempre será una denuncia actual a cualquier “Carnicero” en cualquier lugar del planeta.

Imágenes : Breyton a la izquierda y una de sus obras.

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