Friday, May 29, 2009

El reloj de arena en Nicaragua.

El eterno reloj de arena de la existencia dará la vuelta siempre de nuevo, y tú con él corpúsculo de polvo- Nietszche


  En estos días de nuevo vienen a mi memoria los amigos y compañeros de lucha contra la dictadura de Somoza, que hace treinta años se me adelantaron en ese viaje sin retorno; pienso en Camilo, jefe de escuadra a quien carguè en camilla en el repliegue a Masaya el 27 de junio del 79; èl se suicidaría días despuès del 19 de julio en la escuela militar Oscar Turcios, donde nos entrenábamos como oficiales del nuevo ejèrcito. Pienso en Tuti, muerto en combate en los mismos días en que cumplía 16 años, cuando combatíamos a la contra en el sector de Macaralí, Jalapa, en mayo de 1983. Pienso en todos esos jóvenes que conocí en el transcurso de esos aciagos días creyèndonos el cuento de construir una sociedad más justa...y así han pasado treinta años y siempre están en mi mente como guardándome un lugar... el lugar que tuve a su lado cuando les conocí.

  El contraste de estos recuerdos de amigos queridos, muertos jóvenes por un ideal de justicia de aquella Nicaragua de finales de los 70's, y de los ochentas, con el recuerdo de aquellos amigos o conocidos que hoy rodean al nuevo poder del autócrata de turno, es inevitable!. Por un lado perennes en la memoria, están los ya idos, a los cuales usando y abusando de su memoria los oportunistas de hoy, llaman hèroes, y por otro lado están los que por hambre y/o amnesia histórica, o por simple cinismo siguen el juego del sátrapa de turno, olvidándose que ese maquiavèlico juego tambièn tendrá su final.

  En mi escrito en este mismo blog "Los artistas somos personas locas",  yo anotaba:

 "Que la política y el arte  no siempre van de la mano, no es nada nuevo. Pero apesar de que eso no sea nada nuevo, los crímenes cometidos por los que ostentan el poder sobre sus críticos intelectuales, se repiten una y otra vez como si fuese algo nuevo, como si no se haya aprendido nada de la historia y sus grandes errores o crímenes. Y los que ignoran esa historia de crímenes, o pretenden ignorarla, se muestran fanáticos ante los nuevos supuestos líderes que cometen los mismos confirmados crímenes; así el pueblo por ignorancia, por fanatismo y por hambre es arrastrado una y otra vez hasta el precipicio. Es el disidente crítico, el que podría consecuentemente ver un poco más allá de la confusión de contradicciones que constituye una sociedad, es de suponerse que ellos podrían ver más que aquellos, cuyo fanatismo que enceguece la razón, los hace cómplices o autores directos de un sistema represivo. Siempre el poder va a satanizar al crítico, va a reprimirlo y a pesar de ello èl indoblegable resistirá o quizá, aparentemente desistirá públicamente de su incómoda y peligrosa actitud crítica, diciendo como Galileo Galilei ante la inquisición : "...y sin embargo se mueve".
  Escudriñando los errores y crímenes del comunismo ruso, el caso del escritor Máximo Gorki es un ejemplo. Parece que al final, Gorki, fue asimilado totalmente por el sistema o al menos optó por no ser tan públicas, sus más íntimas decepciones con la revolución, Por què?, para mantener su estatus ?, la comodidad y privilejios alcanzados?, o por la impotencia ante Stalin?. Los artículos publicados durante su permanencia en el exteriror, muestran a un Gorki crítico de la represión indiscriminada de los dirigentes de la revolución, pero una vez de nuevo en Rusia dobla la página, recibe agasajos como uno de los escritores más laureados en su tiempo, marcando a la par de los dirigentes de la revolución rusa, los pasos por los que debía seguir la literatura revolucionaria, o sea el realismo socialista".

   Y así Gorki se granjeaba un lugar privilegiado en la Rusia de Stalin, mientras que miles de sus amigos escritores que incluso fueron parte de la lucha contra el zarismo, morían en los campamentos de concentracion en trabajos forzados o eran vilmente ejecutados despuès de obligarlos a firmar como arrepentidos, falsas acusaciones de crímenes cometidos contra la revolucion rusa; ni más ni menos como lo hacía la "venerable" y "santa" Inquisición, curioso no?, que la izquierda en su fanatismo se parezca tanto a una de su más acèrrima enemiga: la iglesia católica!.  Algunos testimonios de aquellos terribles días del terror stalinista, nos dan la otra cara de Gorki, no el Gorki stalinista, sino el del escritor solidario, el cual aprovechando su cercanía a Stalin trataba de interceder ante èl (quizás infructuosamente) por sus amigos escritores perseguidos  por la paranoia stalinista.

  Quiènes juegan al cinismo pragmático ahora en Nicaragua, pensando lavarse las manos cuando el juego acabe?, cuando el reloj de arena de la vuelta?.

Otto Aguilar
Berkeley -  5/29/2009