“dime ahora, carnicero
antes de que esto se convierta en una maldición
antes de que solo puedas suplicar por boca
de tumbas
ante los prisioneros renacidos de Africa...
Tambièn se te atraganta el corazón
cuando agarras los miembros exánimes
con las mismas manos que acariciarán los secretos
de tu mujer?..
Carta a un carnicero desde el extranjero - Breyten Breytenbach.
La protesta de los universitarios de la UNAN que había llegado hasta la
UCA terminó con fuerte enfrentamiento, lanzando piedras a la guardia somocista frente al portón de dicha
universidad. Muchos estudiantes lograron huir, pero un grupo de ellos que
se quedó rezagado cerca del bar El King fueron capturados y obligados a
recoger las piedras. Los guardias amenazantes
con sus fusiles, se habían ubicado a cierta distancia en zig zag a travès de la
calle. Mientras Ricardo recogía piedras se detuvo breve a visualizar una
posible ruta de huída, en eso estaba cuando uno de los guardias que le vió le
dejó ir dos riendazos con alambre para electricidad que crucificó su espalda
encorvada; èl se irguió con piedra en mano, lo cual empeoró su situación
con otros riendazos que le doblegaron. Después de un rato de recoger
piedras Ricardo fue montado junto con 5 estudiantes más a un becat de la guardia, quizá
con rumbo a la Loma de Tiscapa, hoy cárcel El Chipote. Al doblar por el semáforo
donde quedaba Sears, actualmente Metrocentro, un guardia de los que les
llevaban se comunicó por radio para recibir la orden. Fue en ese momento
cuando Ricardo pensó cual sería su destino final, junto con el resto de los
estudiantes: terminar ejecutados a la orilla del
lago de Managua, cerca del teatro Rubèn Darío. Para su sorpresa, como un milagro queriendo revertir su ateismo, fue
liberado junto al resto de estudiantes. Aquel milagro no le devolvió su
fe católica, pero sí lo radicalizó más en la lucha contra la dictadura
somocista.
Más de cuarenta años despuès de aquella protesta, a través de la pantalla de la computadora, atónito contempla repetirse aquel hecho frente a la Universidad Centroamericana, donde estudiantes de las universidades se enfrentaban a pedradas contra los antimotines de otra dictadura reciclada, la dictadura Ortega-murillo. Ricardo reconoce esa misma calle donde recibió aquellos riendazos, donde ahora ve a jóvenes corriendo y cargando a un herido al cual al preguntarle su nombre, les contestó - Alvaro... Alvaro Conrado. Lo ponen en el suelo para auxiliarlo mientras el adolescente dice - No puedo respirar, me duele.
Alvaro Conrado, estudiante de secundaria de 15 años, al cual por órdenes del régimen se le negó atención mèdica, fue impactado en la garganta por un francotirador cuando llevaba agua a los estudiantes universitarios que protestaban pacíficamente contra la dictadura orteguista. Alvaro es una de las primeras víctimas mortales de los más de 450 asesinados en más de tres meses, por la salvaje represión del règimen del Carnicero de El Carmen, en Nicaragua.
El carnicero sin inmutarse quizá contemple la misma escena sangrienta tras el computador. Alvaro Conrado, igual que el resto de jóvenes asesinados bajo sus órdenes, figuran ahora como terroristas o miembros de bandas delincuenciales; tal argumento calma cualquier indicio de arrepentimiento en el dictador.
Los "carniceros" como el carnicero de El Carmen no se inmutan por las masacres que ordenan, sólo cuando a ellos les llega su turno y, aterrorizados contemplan su final.
Otto Aguilar
Más de cuarenta años despuès de aquella protesta, a través de la pantalla de la computadora, atónito contempla repetirse aquel hecho frente a la Universidad Centroamericana, donde estudiantes de las universidades se enfrentaban a pedradas contra los antimotines de otra dictadura reciclada, la dictadura Ortega-murillo. Ricardo reconoce esa misma calle donde recibió aquellos riendazos, donde ahora ve a jóvenes corriendo y cargando a un herido al cual al preguntarle su nombre, les contestó - Alvaro... Alvaro Conrado. Lo ponen en el suelo para auxiliarlo mientras el adolescente dice - No puedo respirar, me duele.
Alvaro Conrado, estudiante de secundaria de 15 años, al cual por órdenes del régimen se le negó atención mèdica, fue impactado en la garganta por un francotirador cuando llevaba agua a los estudiantes universitarios que protestaban pacíficamente contra la dictadura orteguista. Alvaro es una de las primeras víctimas mortales de los más de 450 asesinados en más de tres meses, por la salvaje represión del règimen del Carnicero de El Carmen, en Nicaragua.
El carnicero sin inmutarse quizá contemple la misma escena sangrienta tras el computador. Alvaro Conrado, igual que el resto de jóvenes asesinados bajo sus órdenes, figuran ahora como terroristas o miembros de bandas delincuenciales; tal argumento calma cualquier indicio de arrepentimiento en el dictador.
Los "carniceros" como el carnicero de El Carmen no se inmutan por las masacres que ordenan, sólo cuando a ellos les llega su turno y, aterrorizados contemplan su final.
Otto Aguilar
7/30/2018
Foto de Alvaro Conrado cuando es auxiliado.
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