Monday, February 8, 2016

Tábanos de la conciencia humana.



"Las personas constantemente me dicen, que soy pesimista; que yo no creo en la fuerza del pueblo ruso; que soy obsesiva en mi oposición a Putin y que no veo nada más allá de eso... Yo veo todo y eso es el problema. Yo veo ambos, lo que es bueno y lo que es malo... Para el 2016 muchos de mi generación quizá ya no estèn, pero nuestros hijos estarán vivos, asi como nuestros nietos. Realmente no nos importa que tipo de vida ellos tendrán? o más aún si ellos tendrán vida ?" (Anna Politkovskaya- periodista rusa, asesinada en Moscú en 2006).

Como una espina que se clava en la conciencia del conformista, es el párrafo anterior en el libro titulado Un diario ruso, de Anna Politkovskaya.  Recientemente leía el libro de Politkovskaya cuando se cumple el 68 aniversario de victoria contra el fascismo y los rusos lo celebran con un gran desfile en la Plaza roja de Moscú. Esa victoria sobre el fascismo costó millones de vida al pueblo ruso; igual e ironicamente millones de rusos disidentes o no al comunismo, sucumbieron en los llamados gulags o campamentos de concetración bajo el dictador Estalin, quien era el jefe de gobierno en esos años de lucha contra el fascimo. En una suerte de amnesia crónica, este desfile conmemorativo será precedido por Putin, un autócrata más del pueblo ruso. 

Cuando leía ese libro de la periodista Anna Politkovskaya, asesinada en Moscú en 2006, por su fèrrea lucha contra la corrupción del gobierno de Putin, mis neuronas políticas asociaron su asesinato político al de otro periodista norteamericano enfrentado a la corrupción de su gobierno: el periodista Gary Webb, quien igual que Politkovskaya fue asesinado al exponer en su exhaustiva investigación la corrupción del gobierno norteamericano, la relación del negocio de la cocaina y el financiamiento a la contrarrevolucion nicaraguense en los años 80's, de parte de la CIA.  Estos periodistas y la ètica que les llevó a denunciar a sus gobiernos, me hizo asociar inevitablemente la fèrrea crítica al gobierno de Daniel Ortega, que en Nicaragua sostiene valientemente la periodista Sofía Montenegro.

No es por casualidad que mis neuronas políticas se mantienen vivas. En mi conciencia, los años de decepción han dejado ese escepticismo que aún en cualquier joven nica sin mi desencanto de las utopías, experimenta ante cualquier règimen poítico de corte populista. Esos años levitando en la utopía de construir un mundo mejor y asumiendo las consecuencias muchas veces fatales, me marcaron, tanto en la revolucón de mi país Nicaragua, como en la Rusia donde estudiè.  Constantemente necesitè de árbitros o guías en esa lucha entre los dos hemisferios de mi cerebro, tanto en el más pragmático así como en el artístico. En esa lucha entre la indignación y el escape de la realidad, del conformismo, del cinismo y el ostracismo moral, muchos, despuès de la muerte de todos los dioses, hemos encontrado nuestra concha como el caracol. Unos han usado su concha como coraza para soportar las pedradas, mientras denuncian la corrupción, sabiendo que muchas veces se puede sucumbir como sucedió con Anna Politkovskaya; mientras otros usan esa concha-coraza, como aquel mono que no vè, no oye, no habla, no escucha; indudablemente los primeros, se convierten para estos últimos, como aquel tábano de Sócrates, el cual decía que él hace el papel que hace el tábano, al lado de un caballo grande y noble pero un poco lento que necesita ser aguijoneado.

A pesar de mi pesimismo político, reconozco sentir aliento por el contagio de estos "tábanos socráticos", que despiertan conciencia, en este oscuro panorama del conformismo, del cinismo del s. XXI.  Las voces de Anna Politkovskaya denunciando a Putin en Rusia, la voz de Gary Webb denunciando la corrupcin del gobierno de USA, y la voz de Sofía Montenegro en Nicaragua poniendo constantemente el dedo en la llaga a los abusos y corrupción del gobierno de Daniel Ortega, 
son voces de conciencia de tres países donde quiso el destino yo experimentara sus realidades en carne propia. Las voces de estos "Tábanos de la conciencia humana", en contra de todo poder corrupto, nos llegan como ecos de esperanza, en el actual desolador panorama, donde un sistema de corporaciones económicas que compra y vende voluntades políticas, decide como el dedo en el circo romano, quien debe morir y quien sobrevivir.

Otto Aguilar 
2/8/16

(Foto de Anna Politkovskaya)

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