Thursday, December 17, 2009

Abalorios de recuerdos.


  -Hoy, acumulados los años en el alambique de mi memoria, las paranoicas palabras trastabillando unas tras otras, han devenido en una sarta de abalorios - me dice, -Abalorios unas veces atractivos a unos, desagradables a otros, pero como los hago para mí -enfatiza, trasluciendo su torva mirada - poco me importa el que gusten o no a los demás, pues creo que cualquier persona bien puede si quiere, hacerse sus abalorios de recuerdos, para no andar mendigándole a otros, para no andar fijándose en los ajenos con solapados intereses, para despuès destrozarlos, carcomido por los celos y la envidia.

  -Claro que para elaborar estos abalorios de paranoicas palabras,-agrega- se debe tender un poco a la locura, ser un misántropo, un poco chiflado pues!, para ambular a toda hora, por los recovecos de los corredores polvosos de la memoria, buscando el juguete roto o la muñeca despatarrada, abandonada debajo de la cama. Se debe ser un poco obsesivo en la búsqueda de los primeros dibujos firmados en su nombre, con la elegante y antigua caligrafía de la algodonosa abuela. Se debe poseer un olfato de sabueso, para ir husmeando por allí, en esos laberintos del pasado; husmeando el olor mohoso de las altas paredes de vetustos oscuros aposentos, y con ello hacer resonar tras los murmullos, las risitas, los llantos, los ecos de añejas voces... se debe husmear el olor del papel, de los primeros cuadernos improvisados y cosidos a máquina por la diligente y protectora madre.

  -Pues sí!,- me espeta- se debe ser todo eso, y convertirse en un paranoico de las palabras y de los recuerdos, intentar hacer con ellos tras varios fallidos intentos, el mejor de tus abalorios, sabiendo sí, que el siguiente quizá sea el mejor.

No comments: